Se encarga de estudiar la relación existente entre ciertos problemas cognitivos, conductuales y emocionales y la función cerebral. Es una síntesis entre la psicología y la neurología se recomienda para personas que tanto ellas mismas como sus familiares refieran problemas atencionales o de memoria, niños con problemas del aprendizaje o con sospecha de TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), personas que hayan sufrido Traumatismos Craneoencefálicos y personas que hayan sufrido accidentes cerebro vasculares. En caso de demencias (enfermedad de Alzheimer, demencia vascular, demencia por cuerpos de Lewy, etc..) y en casos de enfermedades neurodegenerativas (enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, o esclerosis lateral amiotrófica).
Algunas de las funciones que se pueden encontrar alteradas son:
Atención (dividida, sostenida y selectiva).
Memoria (Funcional, inmediata, semántica, episódica y procedimental).
Lenguaje (En todos sus aspectos: compresión, expresión, escritura…).
Gnosias (Capacidad para percibir a través de los sentidos y otorgar un significado a aquello que percibe).
Praxias (Capacidad del organismo de llevar a cabo una secuencia de movimientos para la consecución de una acción).
Funciones ejecutivas (inhibición conductual y cognitiva, la flexibilidad, el razonamiento analógico y lógico, secuenciación y planificación de la conducta).